lunes, 6 de abril de 2009

JUGLAR Y DAMA AL RESCATE

Así continuó la chanza...

Juglarín, has de esmerarte, pues te salió un contrincante que a más de llamarte cerdo sin bolerte ni mirarte, osó; tuvo a bien retarte, metiéndose por el medio.

No temas juglar galante, que éste se ponga delante de vos; para mis desvelos, pues que sois de mis anhelos único dueño y amante.

No se si ha llamado mierda al Juglarín extremeño o mierda a mí me nombró, enfrascado en este empeño, de tener lugar honroso, toreando en este coso, de amores y cotilleos, que empezamos siendo dos y ahora seremos cuarteto.

Continúo en tensa espera para ver lo que acontezca, pero si sigue insultando a mi Juglar extremeño, este Laaa; cual cermeño, no sabe donde se mete, pues defenderá a mi amado con mis armas femeninas; con garras bien afiladas que no entendió nuestras ganas de reír en esta vida y aunque fueran encubridas sus ofensas, tras la rima lisonjera, no sabe lo que le espera, si a mi doncel acomete.

Y si en los tercios de Flandes, asegura haber peleado, me pareció un mal hablado con tanta mierda aludida, de acequias tan mal olídas y de fétidos ambientes.

Ahora batirse pretende y nos nombra honradas damas y aunque me halague el intento, no logró en este momento despertar mis atenciones; pues dama con dos cojones, soy, y elijo mis juglares y a quien darle mis amores.

Y no me sirve si osado, luchó en los tercios de Flandes, que Flandes huevo cocino y natillas con canela, que no necesito abuela para afrentar este reto, pues soy parte de un cuarteto: yo elijo quien me defienda.


La Dama de las letras... de Cambio
Para Mi Dama de las Letras

No es menester, mi Dama, esmerarse, pues no necesito ni contrincante, ni palabra, ni trovadores que por tierras andan, donde dicen y hablan en idiomas triviales.
No temo, señora, ni espada, ni daga pues daño no me haga; de piel curtida tengo los pies y el catre lleno de almohadas, y el corazón rebosante de tan importante amor, de mi amada.
Si dispongo, ante Dios, que venganza no es menester, pero si hablar o escribir, pues palabras plagiadas, caen a peso por doquier, por caminos y senderos, que muchas veces, ni se ven.
Pero a ti, mi dama, gracias debes tener, y muchas gracias darte debo, pues es menester de cualquier caballero, que una dama, como vos, tengáis a bien recibir tal tesoro y aprecio por vuestra defensa, que a sus pies, señora, siempre y lleno.
Y cierto es, por ventura o ventero, que hablar en términos al sonido feos, no es gracia, ni gracia es la pluma de quien afirma tanta proeza, aunque sólo sea eso, pues perro que habla con fuerza, cordero de matadero.
Mas, preciosa señora, no os preocupéis por mi, pues fuerte estoy y siendo, y voy, por el camino que elegí.

Juglarín Extremeño
CONTINUARÁ...