domingo, 24 de noviembre de 2013

EL MARCAPÁGINAS... RETAZOS DEL DIARIO DE CASILDA


Para quienes aún no han leído –o ni saben de la existencia de mi primera novela “El Marcapáginas”- Os diré que esta hermosa poesía es un retazo del diario de Casilda; y parte de la trama. Justamente la clave para que por fin tuvieran solución los problemas que acuciaban a mis personajes.

Casilda escribía cada jornada un diario, y en muchas ocasiones lo hacía en forma de poesía dejando mensajes ocultos a los ojos de quienes no estaban destinados esos escritos.

Escribir “El Marcapáginas” me ayudó a ver la vida de otra forma.

 02-01-2000

EL MARCAPÁGINAS

 Sobre el blanco papel, la negra pluma

a diario plasmó mis sentimientos.

Con lágrimas por tinta,

abrí mi corazón para tus ojos

y respuesta a las dudas que tuvieres.

hallarás al leer mi vida en ellos.

 

Llave de plata y luna

con la estrella que señala,

encerrado en mi cariño

abre la puerta cerrada

en el corazón dormido

de la rosa que lo guarda.

martes, 19 de noviembre de 2013

MI ABUELO SOLDADO



Cuando mi abuelo tuvo que cumplir su servicio militar, lo hizo en África y en época de guerra.
Devoto y apasionado de la Patrona de su pueblo –y el mío- Alaejos; antes de partir y separarse de los suyos durante muchos meses; temió no regresar con vida y quiso dejar huella de su paso por la vida.
En una gran piedra que había en el camino de La Casita, a pocos metros de la entrada a la ermita, grabó sus iniciales: “R. M” con una cruz en medio.
Aunque a lo largo de tantos años han arreglado el camino en varias ocasiones, la piedra  sigue prácticamente en el mismo sitio y cada vez que la veo sigo sintiendo la misma emoción como cuando era pequeña y con mis dedos dibujaba esas iniciales y cruz talladas cada vez que subía a la ermita.
Ahora la erosión del tiempo casi ha desgastado lo que la emoción talló; pero como hace algunos años le hice una foto, aquí os la dejo junto a la poesía que por el mismo motivo e implorando protección a su Chiquitita, mi abuelo escribió.
Como veis, la tengo de puño y letra, también muy gastadita; apenas el papel soporta ya el paso del tiempo, porque mi abuelo Ruperto la guardó en su cartera desde que la escribió y hasta el día de su muerte. Gracias a mi tía Chus  que me la regaló, pude  enmarcarla  para disfrutarla sin miedo a que se rompiera; y colgada con muchísimo cariño en una de las paredes de mi salón, sigue recordando a aquel soldadito que aguerrido y muerto de miedo partió a la guerra.

Transcribo la letra por si no se entendiera bien.

Adiós Virgen de mi patria, Yo a ser soldado me voy
Aunque ausente yo me encuentre, Te llevo en el corazón.
Me he despedido de ríos y también de mi familia
Dios me de salud y suerte para volver a mi Villa.
Se despide:

Ruperto Muñoz


sábado, 2 de noviembre de 2013

LOS ÁRBOLES DEL INSTITUTO



02-11-2013
Este año no habrá nidos sobre las ramas desnudas
No sé si estarán podridos, viejos o los troncos pochos
Los que antes eran frondosos hoy aparecen eunucos
Sin ramas, ni hojas ni frutos; de su poblada belleza
Este puente con presteza han talado el instituto.

Volverá la primavera frente a mi casa algún día
Pero será más vacía no habrá la misma alegría
Ni árboles de sombra fresca.
De blanca nieve en lo alto no veré ramas cubiertas
No será extrema belleza cencellada en el invierno
Pues quedó la motosierra este paisaje tan yermo.

Veo cercenar treinta años de arboleda en el paseo
Y a más de quedar muy feo, pienso si podré algún día
Contemplar la lozanía que años atrás admiraba.
Hoy estoy desconsolada sin la vista placentera
De árboles frente a mi casa.

A lo largo de treinta años
El aspecto de mi calle cambió su fisonomía
Admirábamos felices que los árboles crecían
Ahora han quedado tan mochos
Qué aspecto de porquería.

Nunca antes en tanto otoño vi poda tan exhaustiva
Las hojas caían solas y en esas ramas vacías
Poco a poco en primavera la nueva savia fluía
Llenando de verde sombra, perfume y aire mi vida.