jueves, 17 de octubre de 2013

MUERTE DE UNA SERPIENTE CON TOCA DE MONJA



26-01-2013
Ya se murió “Sor Mentira”, ya se murió este mal bicho
¡Cuántas vidas tan felices si esta malvada mujer jamás hubiera nacido!

Ya se murió “Sor Infamia”, llevó a su tumba el secreto;
La angustia de tantas madres que sufrieron tras el parto
El dolor de que sus hijos por ella fueran robados.
Guardó el secreto cobarde de cómplices  que vistiendo hábito
con llanto y sangre de infantes eterno tendrán manchado.

Ya se murió “Sor Desprecio” amparada en una cruz
que lució colgada al cuello, provocando el sufrimiento
de mujeres que al parir robó el fruto de sus sueños.

Ya se murió “Sor Vergüenza”; la que no tuvo al vestir toca sobre su cabeza
Y hábito de monja infecta que en vez de ser repudiada
Por acciones tan funestas, fue guardada entre algodones
Custodiada incluso muerta
Para evitar la deshonra que una mujer de la iglesia
Fuera juzgada en la tierra.

Si en nombre de Dios vestía hábito de monja infame
Sólo espero que ese Dios, le haya mirado a los ojos
Y ahora sus sucios despojos no alcancen la gloria eterna
Como tampoco la alcancen los que robaron con ella
Mucho más que objetos yermos o dineros y caudales
Pues  sustrajeron las vidas de niños padres y madres

Esta monja sin entrañas, sin conciencia, de alma impía
Sin que nadie lo impidiera destrozó miles de vidas
Oculta bajo una toca y un tratamiento de monja
Que a ultranza la escondería.
Es para perder la fe en esta iglesia malsana
Que en vez de darle el castigo de haber sido repudiada
La ayudaron a ocultarse, no ya de justicia humana;
La ocultaron cuando muerta y en secreto fue enterrada
Para que nadie a su paso pudiera en rabia gritarla:
¡¡Ya está muerta “Sor Infamia”!!
Mira a tu Dios a la cara y vagues la vida eterna sin descanso ni alabanza; que fuiste mala persona y sierva de Dios nefasta.
Pues que cobarde engañabas; a mujeres parturientas
Para a tu antojo vender el fruto de sus entrañas
Pues las tuyas eran yermas, mujer o esposa frustrada
Que bajo hábito de monja, escondes alma y fiereza de la peor alimaña.

Yo nunca podré creer en el mismo Dios que tú
Que en tu pecho había una cruz mientras cometías tus males
Y dices que en nombre de Él, robas niños a sus madres
Por dárselo a otra mujer a cambio de unos caudales.

Ahora dudo y no me creo que en realidad esté muerta
Creo más que está despierta y escondida a buen recaudo para que ella viva en paz y diciendo que está muerta nadie la podrá juzgar.
Porque nadie ha visto el cuerpo, ni cortejo, ni ataúd;
Ni reproches de mujeres que una vez dieron a luz
Y el diablo con manto y toca y sus compinches galenos
Quedaron como los buenos sin castigo y con virtud.

Paga tus culpas, maldita, ardiendo en infernal llama
Sin descanso ni oraciones que pudieran salvar tu alma.