No tiene dueño la historia; es fruto de la pura fantasía; aunque si alguien se da por aludido-a, se la regalo. |
05-11-2012
ÉL, ELLA Y LA OTRA
Me he enterado y no hace poco,
de un hecho que no me cuadra,
Pero hubo muchos testigos que
presenciaron la hazaña
Y todos cuentan que es cierto;
la historia no hay que dudarla.
Por más que parezca extraño que
una persona tan parca,
Esté engañando a una tonta que
no se da de engañada.
El adúltero pasea, lleva del
brazo a la esposa, que con su cara de sosa
Se contonea pazguata desafiando
lenguaraces corrillos de vecindonas
Que son tan buenas personas que
callan lo que él la hace
Pues le ven besar a otra.
Es la madre de sus hijos y
engaña cruel cual gusano
Va de su brazo orgullosa hacia
el bar donde a la otra
Cual villano y con descaro
abraza con gentileza y besuquea en la boca.
¿Ella lo sabe? O es tan corta
que a más de hacerse la tonta
pasea con él la calle, le toma
el brazo, sonríe y lo mira enamorada
mientras cobarde y bobote
nunca la mira a la cara.
Quizás se siente culpable, o es
su hombría de machote
La que muestra y luego calla.
La esposa en privado gime, tal
vez en silencio llora
Porque siendo la señora otra
bebe de su aljibe
Y se siente, siendo su mujer, la
otra.