TERNA DE ORO Y DE FUEGO
“Nunca va a llegar a nada”, oí en voz de burladero,
por aquellos que, en la vida, llegaron a mucho menos.
Tú alcanzaste con tu acento, tras perseguir arte y sueños,
vivir luchando entre toros, convertido en ganadero.
Mala fortuna una tarde, caes de tu montura al suelo,
el destino caprichoso, clavó su aguijón de acero,
mientras surcabas las nubes, cortó tus alas en pleno vuelo.
Duros días de calvario, lidiando el toro más fiero,
peleando por tu vida, rozando en el desconsuelo,
hasta salir victorioso, en terna de oro y de fuego.
Largos meses tan valiente, en la lucha cuerpo a cuerpo,
plantando cara al destino, mano a mano, de hombre a miedo.
Cuando al fin llegue el gran día: verte cabalgar de nuevo,
hasta alcanzar por tu casta, lo que te robara el tiempo.
A lomos de tu caballo, descabalgando en el ruedo,
brindando al cielo la suerte, con los pies en el albero.
Atrás quedará el sacrificio, verás, tus toros en el encierro.
Corren toritos de “Equino”, criados por un torero,
nacidos para ser lidiados, en la plaza de Alaejos.
Marisa Pérez Muñoz 24/10/2025
