QUERIDO PADRE
Justo antes de partir
No sé cómo decirte que te quiero, Sabiendo que no entiendes mis palabras.
Sabiendo que no sabes lo que sabes, Porque no te pronuncias; sólo callas.
Ya tiempo que no resuena, el martillo sobre el hierro,
Ya tiempo que no soy niña; pues ya pasó, pasó el tiempo.
Olvidaste lo aprendido a lo largo de tu vida
Porque pasó, pasó el tiempo y se llevó tu sonrisa,
Tus recuerdos, tus caricias… el aroma de tu pelo
El sabor de tus palabras, más no el roce de tus besos;
los te quiero que me das siempre, aunque callas.
Tu huella será perpetua, mi amor por ti de agua mansa,
Lo llevaré eternamente, será mi guía y mi calma.
No sé si sabes a quien miras cuando me miras,
no sé si escuchas, ni por qué no hablas,
no sé si sufres o simplemente ignoras,
no sé si quiero, saber todas esas cosas.
Quisiera ser tu voz y tus sentidos, quisiera ser la luz que te alumbrara,
Quisiera ser la mano donde asirte, y volverme a mirar en tu mirada.
Esa mirada fuerte, esa voz desgarrada, esas caricias ásperas y dulces,
Ese saber que soy tu niña amada.
Se ha perdido tu mente entre algodones, la fuerza de tu voz y tu mirada.
La fuerza de tus manos, tus caricias, del brazo que abrazó mi tierna infancia.
Contigo soñaré por no perderte, te quiero, escucharás cada mañana.
Yo seré tu memoria y tus recuerdos. Quiero ser para ti, tu voz, tu calma;
La niña que te adora y adorabas.