Abril-2011
QUERIDO PADRE
No sé cómo decirte que te quiero
Sabiendo que no entiendes mis palabras
Sabiendo que no sabes lo que sabes
Porque no te pronuncias; sólo callas
Ya tiempo que no resuena
el martillo sobre el hierro
Ya tiempo que no soy niña;
pues ya pasó, pasó el tiempo.
Olvidaste lo aprendido a lo largo de tu vida
Porque pasó, pasó el tiempo y se llevó tu sonrisa,
Tus recuerdos, tus caricias… el aroma de tu pelo
El sabor de tus palabras, más no el roce de tus besos;
los te quiero que me das siempre, aunque callas.
Tu huella será perpetua, mi amor por ti de agua mansa
Lo llevaré eternamente, será mi guía y mi calma.
No sé si sabes a quien miras cuando me miras
no sé si escuchas, ni por qué no hablas
no sé si sufres o simplemente ignoras
no sé si quiero, saber todas las cosas.
Quisiera ser tu voz y tus sentidos
Quisiera ser la luz que te alumbrara
Quisiera ser la mano donde asirte
Y volverme a mirar en tu mirada.
Esa mirada fuerte, esa voz desgarrada
Esas caricias ásperas y dulces
Y ese saber que soy tu niña amada.
Se ha perdido tu mente entre algodones
La fuerza de tu voz y tu mirada
La fuerza de tus manos, tus caricias,
del brazo que abrazó mi tierna infancia.
Contigo soñaré por no perderte
Te quiero, escucharás cada mañana
Yo seré tu memoria y tus recuerdos
Quiero ser para ti, tu voz, tu calma;
La niña que te adora y adorabas.