09‑Enero‑1992
A la sombra del ciprés, ni me oyes, ni me ves,
pero yo sé que reposas, a la sombra de un ciprés.
El ciprés testigo mudo, de la amargura y dolor,
del llanto desesperado
El amor de padre o madre
de todos ellos por siempre
A la sombra de un ciprés
pero yo sé que tú duermes
Siempre mirando hacia el Cielo
ocultándote celoso
A la sombra de un ciprés
pero yo sé que me esperas
Sentimientos al pensar en la soledad de los cementerios. No recuerdo que la escribiera pensando en nadie en concreto, simplemente la dediqué al ciprés, mudo testigo de tanta pena de los vivos, en la despedida a sus muertos que reposarán bajo un ciprés… si es que no los incineran.