jueves, 14 de abril de 2022

NAZARENO QUE A TU PASO

 


14-04-2022

NAZARENO QUE A TU PASO

Nazareno que miré, tus ojos cuando era niña.

Que con fervor te recé sin temor a tu inquietante mirada,

Hoy ya no te pido nada, pues de mayor comprendí,

Que si yo no lo merezco, la vida me da la espalda,

En lugar de concesiones.

 

Más, pensando en viejos sones que acompasaron tu marcha,

Mi piel ha vuelto a erizarse, recordando a quien te amaba.

A quienes sus hombros prestaban para hacerte caminar.

 

También el tiempo ha volado, como mi abuelo a tu lado,

Voló en andas de tu abrazo.

Y mi hermano que te adora, tampoco podría ahora,

Llevar tu peso en volandas.

 

Hoy jueves Santo tu pueblo, volverá a mirar tu cara,

A pedir con fe tus preces, y si ellos lo merecen,

Gozarán tus bendiciones.

 

Pregunté a quién te rogó, que no muriera un amigo

Cómo te miró a los ojos si el amigo falleció.

 

¿Volvió a pedirte sanar de enfermedades y males?

Cuando no hubo curación; Nazareno,

¿Volvió a creer en ti como antes?

 

Por eso yo no te pido lo que no me podrás dar,

Aunque igual hoy me turbase,

Recordando aquella infancia en que me emocionó mirarte.

 

Yo sé que tú eres bueno y perdonas Nazareno,

Mi falta de fe en milagros.

Te pediré Cristo bueno, por si en tu Cruz estuviera,

El poder de concedernos, que acaben al fin las guerras.

 

 Torpes humanos creyentes, creímos que en nuestras manos,

El mundo entero giraba, pero no, ¡ay Nazareno!

El mundo gira en sí mismo, haga el humano lo que haga.

Y nos llegó una pandemia cuando nadie lo esperaba.

Despertó un volcán inquieto que destruyera La Palma.

Llegaron inundaciones cuando el campo pedía agua.

Huracanes destructores, terremotos,

Y destructoras borrascas.

Sólo faltó un meteorito que la tierra devastara.

Aunque ahora que lo pienso:

Esto también ya anunciaron las noticias más preclaras:

Vendrá a destruir la tierra, cual volverán siete plagas.

 

Somos todos inconscientes, envenenamos las aguas,

Lanzando al mar desperdicios que matan peces y algas.

 Contaminamos el aire lanzando gases a esgalla.

Vivimos despreocupados, mientras la tierra se apaga.

 

¿Habrá rezos que la alivien mientras volvemos la cara?

Dime tú, mi Nazareno, está mi tierra querida,

¿Está en tus manos salvarla?