Poesía escrita hace
quince años, en uno de esos duros momentos que de vez en cuando y sin ton ni son me regala la
vida.
Olvidé
(afortunadamente) el NO motivo, porque nunca lo hubo. No puedo olvidar
quien era y es culpable de mi agonía. Sigue siendo tan real de vez en cuando,
que por fuerte que sea mi escudo,
siempre el resultado es el mismo… Se agota mi aire, me asfixio, lloro, me desespero, me siento impotente,
derrotada… escribo para desahogarme, y después resurjo con más fuerza. Mi pena
es tan añeja que no recuerdo haber vivido sin ella.
¿Hablo de mi cuerpo?
¿De mi mente? ¿De un fantasma? ¿De alguna persona cercana? ¿De una enfermedad?
¿De todo un poco? Permitidme que siga guardando el secreto y ruego no conjeturéis.
Podría resultar culpable el más inocente (o todo lo contrario).
Esta es mi condena y
la cargo pesadamente tan a solas como puedo. ¿Por qué hacer sufrir en vano a
quienes consiguen hacerme feliz?
24-10-1999
OTRA CHISPA
¿Por qué? me pregunté al saltar la chispa.
¿Por qué? cuando crecía incontrolable.
¿Por qué? si mi intención siempre es la misma.
¿Por qué? quiere razón lo irrazonable.
Aquello que surgió sin un motivo,
me pareció irreal, inútil, vano.
Rompió mi libertad y fui cautivo.
¿Por qué me hace sufrir a quien tanto amo?
Quise poder parar aquel gigante
y me quedé sin fuerzas ni sosiego.
Nunca mi corazón siendo tan grande
pudo llegar a dar la vista a un ciego.
Aquel que tiene todo y nada tiene,
que es amado y no siente tal cariño,
aunque lo deseado siempre obtiene
tornando en negro luto el blanco armiño.
Nunca podría el viento más tenaz
atravesar sin lucha el duro acero.
Y nunca el corderillo más audaz,
vencer al león más fuerte y fiero.