QUISIERA VOLAR
Hoy quisiera volar con alas de esperanza
Volar donde tú estás, mirar tu cara
Poderte abrazar quizás sin que me sientas,
Sentir tu calidez, tu aroma, tu presencia.
Vuelo raso, cálido, imperceptible
Cubrir con velo firme tus anhelos
Que el aire no te roce ni atormente
Volar, darte la luz, y las tinieblas,
Temerosas se alejen sin rozarte.
Quisiera volar y ver de cerca
Cómo el mundo aterido se calienta
Volar a lo más alto de tus miedos
Y el dolor se haga paz, en polvo de estrellas.
Desvanecidos soles, amaneceres limpios
Noches de candela en hogar tibio,
Sábanas perfumadas de tus sueños
Sones de guitarra en tus oídos,
Desaparezcan temores y lamentos
Volar y vivir en tu regazo
En nubes de algodón suave y etéreo
Despertar y que el mundo esté aliviado
Tornado el miedo cruel, en fiel misterio.
Volar desvaneciendo tu dolor
Volar, cubrir con mis alas tus temores
Volar siempre hacia ti, aniquilar reproches
Volar, vencer al gigante de tu pena
Velando tus sueños cada noche.
Volar, secar tus lágrimas
Perdidas en los anillos de tu pelo
Tocar el universo de tus ojos
Y en suave volar, tocar el Cielo.
Son más de las 3 de la madrugada, cuando la inspiración me quitó el sueño y en las últimas letras del poema, escucho en la radio de mi dormitorio “Rosa de Alejandría” de Manolo García.
Dedicado a las 5 mujeres amores de mi vida: una a una: Laura, Cecilia, Irene, Lucía e Irene. Os amo más allá del universo.