Mudas
panderetas sin platillos ni sonajas.
Sillas
vacías y recuerdos, de otros días, de otras almas.
Devenir
de ilusiones.
Sonrisas
limpias, sinceras, alocadas.
Vidas
enlazadas en amores,
Entorno
a un Belén de barro y paja.
Tradición
que fue alegría, viva hoy y siempre en sus miradas.
La
inocencia de mis niñas, por ellas volvió a mi casa,
La
ilusión que fue perdida, la ilusión que fue arrancada,
Dejando
profunda huella, hoy es luz, la luz de amor renovada.
No
celebro Navidad impuesta a traición y a esgalla,
Celebro
escuchar sus risas, celebro mirar sus caras,
Cinco
niñas de mi vida, cinco vidas de mi casa.