16‑7‑92
Me da miedo sentir felicidad
por lo cruel que el destino es a menudo
que puede en un instante de locura
como un rayo fatal, cambiar el mundo.
Sentir felicidad es inquietante
pues no sabes el sino que te espera
y puede que a la vuelta de una esquina
te cambie sin razón la vida entera.
Cambiar las alegrías por sollozos
sentir el frío invierno en primavera
se torna negra noche la alborada
y el color del amor una quimera.
Tener la vida llena de ilusiones
inundada de luz y de armonía
y quizás de repente te das cuenta
que no era realidad ni fantasía.
Que otros con mucho menos se conforman
y los hay que ni el doble les consuela
nadie piensa que al final no podremos
traspasar el umbral con manos llenas.
Luchamos por tener cosas banales
el precio no queremos ni saberlo
tan sólo valoramos lo obtenido
en el instante mismo de perderlo.