¡Qué poco te va quedando!
Estás ya viejo y marchito, has pasado de machito
Y vas a morir caduco; porque no hay trampa ni truco
Y sólo duras un año.
Trescientos sesenta y cinco, días de principio a fin
Y no hay que saber latín ni vale cualquier apaño
Para entender que los duelos, nacimientos o casorios
Paro, crisis, loterías, tornados, inundaciones,
amores y desamores ocurrirán a diario y en hojas de calendario
Caerán las ilusiones.
Si fuiste bueno te guardan
Con cariño en el recuerdo, si trajiste desvaríos
Como las aguas de un río, querrán quitarte del medio
Aunque millones a una, griten tras comer doce uvas
¡Por fin llegó el año nuevo!
Comienzas con la esperanza
De que lo malo termina, y al punto se difumina
Que en verdad no cambia nada.
La vida sigue su curso y cada uno su destino;
El tuyo nacer helado y morir lleno de frío.
El nuestro poner la espalda y cargar lo que nos echen
Pidiendo al propio destino, que nuestra carga sea leve.
Te dio paso el dos mil nueve, y al once prestas su paso
Dos mil diez, serás olvido
Un año más que ha acabado y en oro gravé una fecha;
Un día en tu calendario.