martes, 19 de noviembre de 2013

MI ABUELO SOLDADO



Cuando mi abuelo tuvo que cumplir su servicio militar, lo hizo en África y en época de guerra.
Devoto y apasionado de la Patrona de su pueblo –y el mío- Alaejos; antes de partir y separarse de los suyos durante muchos meses; temió no regresar con vida y quiso dejar huella de su paso por la vida.
En una gran piedra que había en el camino de La Casita, a pocos metros de la entrada a la ermita, grabó sus iniciales: “R. M” con una cruz en medio.
Aunque a lo largo de tantos años han arreglado el camino en varias ocasiones, la piedra  sigue prácticamente en el mismo sitio y cada vez que la veo sigo sintiendo la misma emoción como cuando era pequeña y con mis dedos dibujaba esas iniciales y cruz talladas cada vez que subía a la ermita.
Ahora la erosión del tiempo casi ha desgastado lo que la emoción talló; pero como hace algunos años le hice una foto, aquí os la dejo junto a la poesía que por el mismo motivo e implorando protección a su Chiquitita, mi abuelo escribió.
Como veis, la tengo de puño y letra, también muy gastadita; apenas el papel soporta ya el paso del tiempo, porque mi abuelo Ruperto la guardó en su cartera desde que la escribió y hasta el día de su muerte. Gracias a mi tía Chus  que me la regaló, pude  enmarcarla  para disfrutarla sin miedo a que se rompiera; y colgada con muchísimo cariño en una de las paredes de mi salón, sigue recordando a aquel soldadito que aguerrido y muerto de miedo partió a la guerra.

Transcribo la letra por si no se entendiera bien.

Adiós Virgen de mi patria, Yo a ser soldado me voy
Aunque ausente yo me encuentre, Te llevo en el corazón.
Me he despedido de ríos y también de mi familia
Dios me de salud y suerte para volver a mi Villa.
Se despide:

Ruperto Muñoz