06-01-2022
HUBIERAS CUMPLIDO 100 AÑOS
100 Años ya,
cuando comenzó tu historia,
Y el mundo
alcanzó la gloria de tenerte para sí.
Hombre
luchador, valiente, guapísimo, inteligente,
Al que conocí
ya añoso y viejito te perdí.
De ti aprendí
la mesura y el gusto por escribir.
Regar de escritos
y sueños el camino de la vida.
Eso de “gritar
no es bueno”, también lo prendí de ti.
A conocerte muy
hondo al leerte lo aprendí.
Bendito momento
cuate, el día que te conocí.
Siendo de
dineros pobre, ricachona me decías.
No era de oro
mi riqueza, ni hacienda en verdad tenía,
Muy rica me
hiciste tú, confiándome tus cuitas.
Riqueza fue tu
amistad y lo mucho que me querías.
Te admiré al
leerte viejito, sentí orgullo y alegría
En cada carta
encontré tus sentimientos, tu vida,
Sintiendo
emoción inmensa al saber que era tu amiga.
Confiaste a mí
esos tesoros, no sé si lo merecía,
Me confesabas
tu sueño, con esa eterna sonrisa,
Feliz tomé tu
recado, hice lo que me pedías:
Que publicara
en las redes las mil cartas que escribías,
El sueño lo viví
yo, cumplí lo que pretendías.
Cartas,
leyendas de lucha, de guerras, de rebeldía,
Una vida cuya
historia, el mundo se perdería.
Qué suerte tuve
viejito pues que al leerte encontré
Una vida
apasionante, en tesoros de papel.
“Las cartas del
yayo Félix”, así tu Blog titulé,
Esas cartas
cada día, una a una publiqué.
Así la leyenda supe,de Filomena y su hazaña,
Que ya a punto
de parir, marchó a la fuente a por agua,
Y tú impaciente
cornito, en aquella fuente mágica,
Anunciaste
¡¡que ya voy!! A tu mamita adorada.
Ella valiente
mujer, a parir se fue a su casa,
No hallando
allí comadrona, ni nadie que la ayudara.
Rezó a la
virgen tu madre, por sentirse acompañada,
Te parió en
suelo de tierra, no pudo alcanzar la cama,
Solita te trajo
al mundo y te envolvió en una manta,
Cuando al fin
llegó su esposo, solita te amamantaba.
Aquella tarde
de Reyes, ella fue la única Maga.
Así comenzó tu
vida, la que en tus cartas contabas.
Creció en ti un
niño travieso; comenzaron tus andanzas.
De una infancia
en plena guerra, contabas tus correrías.
Un muchacho que
emigró para encontrar nueva vida
Travesía de
penurias, también dejabas escritas.
Qué hermosura
fue leerte, ¡ay cuate vendito el día!
¡Qué bonito te
ha quedado! Con cariño me decías.
Tan sólo fui el
instrumento, tú el autor, la melodía.
Y presumías de
ser, tercer yayo de mis hijas.
Si el trabajo
era complejo, viejito, lo merecías.
Sabiendo que tu
ilusión, estabas viendo cumplida.
Y así lo hice
hasta el final… hasta el final de tus días.
Recopilé manuscritos,
que en mil sitios los tenías,
Y yo empeñada
mi cuate, en buscar la cronología...
De una valiente
muchacha te viniste a enamorar,
Por su descaro
y arrojo no te tardó en conquistar,
Pronto llegaría
el sí, quiero, el sí quiero ante el altar.
España estaba
en posguerra y tuvisteis que emigrar,
Con tu esposa
embarazada, te tuviste que embarcar,
Sin dinero y
sin empleo, una travesía infernal.
El destino marcó
el rumbo: México, en su capital.
Más tarde embarcaba
Obdulia, con tu amor se iba a encontrar.
Allí parió al
primer hijo, México ya era vuestro hogar.
Después cinco mexicanas,
una es mi cuata Pilar.
Qué feliz
estarás cuate, en tu aposento final.
Ahí donde
empezó tu vida ahora descansas en paz.
Qué bonita y
dura historia, qué valiente tu mamá,
Que en el frío
6 de enero te pariera en soledad.
Hoy que 100
años pasaron, se cumplió tu voluntad
Volviste a
Cornón mi cuate, y en Cornón descansarás.
Ya reposan tus
cenizas, en ese lugar sagrado,
Donde tu
valiente madre sintió dolores de parto.
Ya descansa tu
universo en esa fuente, a su lado,
Donde comenzó
la historia de tu vida, tu legado,
Tus cenizas con
las de ella fundidas en fuerte abrazo.
Están Filomena
y Félix, eternamente soñando.
Valiente madre
y su hijo, 100 años pasaron raudos.
100 Años
querido cuate, dos estrellas, Cornón están alumbrando.