16-09-2025
¡ESE BALCÓN, YA HUELE A DESPEDIDA!
Un balcón a despedida, huele en su ropa tendida.
Al recoger de una casa, a despedida de sueños,
De calores sofocadas, de noches tibias al fresco.
Mirando la luna llena, viendo estrellas, escuchando una sonata,
Frente a un mar de chimeneas, con dos torres que lo guardan.
Vivo metida en mi mundo, abajo la calle es amplia,
Para que pasee el pueblo, mientras estoy en mi casa.
Pues que respeto la tuya, la mía has de respetarla.
Mi balcón, que mudo y sordo, custodia es, de dos giraldas.
Mudo, porque si oigo callo. Sordo, no me interesa enterarme de nada.
De nada que no me incumbe. De nada que no me ataña.
No me importa lo que digan, no escucho sus peroratas.
Sumergida en el mar de mis escritos, mar de tejados y adioses,
Mar de música celeste, de un sentido “hasta mañana”.
Luna en el llanto de un niño, convierte el fuego en escarcha.
De sueños de enamorados, cuando el verano se escapa.
Traca, el final de las fiestas… ¡¡cada uno pa su casa!!
El pueblo queda tranquilo, vacío de gente extraña,
Que lo inundó en alboroto, sin respeto, sin templanza.
Ríen a voces ¡¡valientes!! Ocultos tras sus mordazas.
¡Ya se van los forasteros! ¡Andai con dios! ¡No hacéis falta!
Si no venís con respeto, no asoméis por estas plazas.
Por estas calles que piso, de mi pueblo enamorada.
Un balcón a despedida, huele a adiós, huele a añoranza.
Huele a humo de la lumbre, olor a tierra mojada.
Los olores de mi pueblo, que a los recuerdos se amarran.
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