16-09-2020
UN VIEJO ARREGLANDO EL MUNDO
Un viejo arreglando el mundo me despertó esta mañana,
Un viejo con otro viejo, lo escuché desde mi cama.
Hablaban como hablan ellos, con voz ronca, con voz alta
Relatando cuando jóvenes, con nostalgia recordaban
Aquella vida sin lujos cuando tanto trabajaban
Por un porvenir de lucha, en el campo o en las fábricas
Corriendo tras ese sueño, del que ahora no queda nada,
Ni de aquella vida de antes, la que ellos dos recordaban,
Posos de amargura lenta brotaban de sus palabras.
¡Tantas cosas que hay ahora ¡ ¡Tantas como no hacen falta!
Ahora que ya somos viejos, de corazón, cuerpo y alma
Antes venían los hijos, llenando de amor la casa
Ahora me quedo en la noche, esperando en la ventana,
A ver pasar viento y tiempo, la soledad y la calma.
No vienen los hijos ya, como aquellas madrugadas
Cuando volvían de juerga ¡Porque aquí tenían su cama!
Ahora ellos tienen su vida, y yo aquí, con la esperanza
De recibir sus visitas, de poder mirar sus caras
Así un día y otro día, así vacía mi casa
Como yo un día dejé, la de mi madre adorada.
Cuando yo no comprendía, al verla cómo lloraba,
Por la ausencia de este hijo que poco la visitaba.
¡Qué pesada ésta mujer! ¡Si hasta incluso me enfadaba!
¡Qué bien la comprendo ahora! Cuando nada me acompaña
Cuando mi vida es espera… Espera sin esperanza.
Tranquis mis niñas, no es más que inspiración.
Un viejo nunca diría de cuando fue hijo, que ahora comprende a su madre. Sólo reprenderá a sus hijos por la ausencia que él siente cuando la soledad le acompaña.
Espero no sentir jamás esa ausencia, pero como buena “poetísica” me inspiró ese tema que ni oí, ni escuché desde cama ni ventana.
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