20-12-2022
TIEMPO DE LUCES
Ya llegó el tiempo de luces, de añoranza al recordar,
De mirar sillas vacías jamás vueltas a llenar.
No soy ñoña, ni cada año “estoy” igual,
Son estas fechas distintas, siempre me hacen recordar,
Porque ahora es obligado, hay que reír y gozar,
Nadie entiende mis razones, odio, amor… a parte igual.
Ahora mandan los comercios, las calles a rebosar,
Da igual si te sientes solo y con ganas de llorar,
Nadie entenderá tu llanto, sí o sí has de celebrar,
Que llegó el tiempo de prisas, de gastar, gastar, gastar…
En mi niñez no había luces; había unión familiar.
Todos entorno a una mesa, a un Belén en la ventana,
A enredar sin frío ni penas con mi hermano y mi primana.
Nadie faltaba en la mesa… si faltó y no me enteraba.
Era demasiado niña para ver aquellas lágrimas,
Que pugnaban por salir, y que mi abuela ocultaba,
Por la falta de aquel hijo, por el hijo que no estaba.
Que presidía la alcoba en su retrato de ánima.
Mi abuela lleno el capacho, desde el pueblo bien cargada,
Iba y venía nerviosa, vuelta atrás si algo olvidaba.
No había lujos en la mesa, en la calle frío y escarcha,
Panderetas y zambombas… mi Navidad era mágica.
Nunca les sobró el dinero y de comer nada faltaba,
Aquellas comidas típicas hechas en lumbre de paja.
Mi manjar: cardo y cascajo, escarola con granada,
Bacalao, higos secos, uvas pasas… olor a humo, hoy nostalgia.
Crecí, cambiaron los tiempos. Mis abuelos ya no estaban,
Los abuelos de mis hijas en Benidorm disfrutaban.
Mi hermano en otra familia; ya no venían mis primanas.
Mi Navidad tan distinta convertida en matriarca.
Junto al bueno de mi esposo, nuestras tres hijas amadas
Aquella mesa los cinco llena de amor y añoranzas.
Mesa regada unos años, con lágrimas muy amargas,
No eran las sillas vacías, eran penas en el alma,
Y me tacharon de tonta si dije lo que pensaba.
Al fin llegaron mis nietas, vida amor, y mi esperanza.
Hoy somos nueve a la mesa, con mis nietas adoradas,
Mi tradición ha cambiado, hoy mi ilusión vuelve intacta.
Lo que importa es la alegría, tantas luces no hacen falta.
Las luces hacen más daño, cuando la tristeza es brava.
Patas arriba la vida, apretujados los sueños.
Los regalos que pedimos, Noé ya los tiene envueltos.
Que no nos falten las uvas, sin titos y sin pellejo.
Tranquilos que en Nochevieja, de eso se encarga el abuelo.
Celebrando tradiciones, los Reyes Magos prefiero,
Aunque me di cuenta ahora, que ese Noé al que no quiero,
Lleva viniendo a mi casa, ya ha cuarenta y cuatro inviernos.
Aún sí lo siento intruso, pues lo invité a mi universo,
Renegando su presencia porque me robó mis sueños.
Mis sueños de Reyes Magos, aún muy niña, en mi Alaejos.
Allí no había Noé, ni espumillón, ni un abeto.
Sólo había aquel Belén que ponía con mi abuelo.
Ahora al fin ya me di cuenta, que aquel tiempo es mi recuerdo.
No volveré a ser la niña, ¡ni en ello pondría empeño!
Hoy soy abuela y mis nietas, junto a mí tejen sus sueños.
Los que me robó Noé, el que ellas sueñan por verlo.
La tradición de mis hijas, mis nietas están viviendo.
Esperan ilusionadas su Nochebuena de cuento.
En ellas reviviré lo feliz que fui en mi pueblo,
Cuando luces no alumbraban, las ventas de los comercios.
Donde apenas tuve nada, y me parecía un imperio.
Feliz Navidad… si así lo deseas y lo sientes.
Yo pese a todo lo escrito, feliz la vivo y la espero.
2 comentarios:
Feliz Navidad a toda tu familia ‘ disfrutarlas juntos muchos años.
Muchísimas gracias!!!! Igualmente para todos vosotros...
Feliz 2023
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