miércoles, 27 de mayo de 2015

MALDAD


 
Bien sabido es por quienes me leen, que tanto en prosa como en verso empleo muchas horas escribiendo lo que me sale del alma, y del alma me sale afortunadamente mucha alegría, buen humor y ganas de vivir haciendo la vida feliz de cuantos me rodean.
Al quedar escrito, puedo demostrar y mostrar fehacientemente estantes llenos de poemas; lírica y prosa repletos de momentos felices, penas que la vida regala, alegrías, e incluso críticas o apoyos, opiniones, al momento en que vivimos.
Indudablemente, entre esos montones de escritos, los hay de desencanto o contrariedad. No iba a ser yo la excepción que ve este cruel  mundo siempre maravilloso.
Me siento afortunada porque en mi vida los días sosegados superan con creces a aquellos en que alguien con vete a saber qué intención, se inmiscuye en la intimidad de mi corazón para perturbarlo.
A fuerza de golpes, a fuerza de callar mientras les escuchaba decir que no callo, no me quedó otro remedio que resguardar mi amor y respeto hacia los que amo y me aman bajo una coraza forjada a base de golpes de martillo que me protege y me ayuda a dejar fuera esos intentos de asalto y para reforzarla, cada vez que una flecha de su rencor hace una leve abolladura, mi martillo es la pluma y mi bigornia el papel donde desahogo la amargura que emponzoñada rozó mi coraza.

En marzo de 2010 cuando mi vida atravesaba por uno de esos momentos de calma y dicha, el verdugo de turno con el rostro cubierto de cobardía, arremetió contra mi atalaya dejando como huella leves rasguños en mi ánimo y enormes destrozos de rabia en el suyo causados por el contraataque de mi indolencia hacia esos injustificados lances.
Cuatro fueron mis poemas escritos en legítima defensa aquel día marceño y otro más unas jornadas después, cuando ondeaba de nuevo en mi torre la bandera bordada con un nuevo signo de victoria. Mi defensa es desahogar la pena o la rabia y que huyan los intrusos vencidos de indiferencia.  

“Maldad” es el primero de los cinco. Mañana más.


17-03-2010

 

MALDAD

 Dos ojos que a la vez

Miran la vida frente a tus ojos,

No ven los cuatro la vida con idéntico matiz,

Dos la ven sin empañar

Dos pretender engañar y lo malo es conseguir,

Manipular sin decoro; pues su verdad es mentir.

 

Disfrazar la verdad es tarea fácil,

Si pretenden dañarte con encono,

Tiñen  la realidad sin inmutarse,

Y acomodan la historia a su antojo.

 

“Que aunque la casa se queme

El humo se quedó dentro”…

Yo quiero que el humo salga,

Que se enteren que me quemo,

Así sabré los amigos, que en realidad poseo,

Pues no es lo mismo amistad,

Que simple conocimiento.

 

No quiero en este momento,

Que nada enturbie mi dicha,

He de gritar lo que siento,

Que se borre mi tormento,

Y su  maldad sea al fin vista.

 

Y si grito mi verdad,

Que nadie me haga callar,

Que el silencio es más tormento,

Cuando sé que  hay por ahí,

Quien para ofenderme así,

Lavan su cara mintiendo.

 

Dignos de lástima, es cierto,

Son aquellos que así actúan,

No son felices y visten,

Su frustración o su envidia,

Contra quien en esta vida,

Jamás se metió con ellos.

 

2 comentarios:

María dijo...

Sigue escribiendo amiga.
Me llegan tus palabras y me gustan.

Besos

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Gracias guapa!!!! Tenemos mucho en común!!!!

Besotes